jueves, 5 de mayo de 2011

Ley Sobre Vegetales Genéticamente Modificados

Por Francisco Vásquez Peralta


La producción de alimentos desarrollados de manera artificial y adulterados genéticamente (transgenia) se presenta como la gran solución para terminar con el hambre en el mundo, así como para lograr una mayor competitividad a nivel internacional en el plano económico. Este sector monopolizado por grandes empresas transnacionales como Monsanto, Bayer, Singenta y Pioneer-DuPont ha ido instalándose en diversos países por medio de presiones, lobby político, acuerdos con instituciones educacionales (Universidad Católica y Monsanto), promoción de instituciones pro transgénicos (ChileBio) entre otras instancias. Su objetivo como todo sector económico del sistema neoliberal es el lucro máximo, sin tener miramientos en los aspectos sociales y ambientales que provoca su accionar, como tampoco en la salud de las personas.

En este sentido, se han realizado una diversidad de estudios que reflejan múltiples desventajas del uso de transgénicos, por ejemplo la contaminación genética de las especies nativas (maíz en México)[1], la salud humana[2], así como la progresiva desaparición de los pequeños agricultores y la conversión de miles de hectáreas en monótonos monocultivos; generando un grave atentado contra la biodiversidad. Es por esto que múltiples organizaciones ciudadanas buscan aplicar el principio precautorio, así como también un debate abierto y democrático entre Estado, empresas de la materia y ciudadanos para llegar a decisiones más informadas y democráticas.

En nuestro país se encuentran múltiples proyectos de ley en trámite, entre los que se encuentra el Boletín 4690-01 que hace referencia a una posible Ley Sobre Vegetales Genéticamente Modificados. Este proyecto ingreso al Senado el 15 de noviembre del 2006 bajo la moción de los parlamentarios Andrés Allamand, Juan Antonio Coloma, Alberto Espina, Fernando Flores y  Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Actualmente se encuentra en la etapa de primer trámite constitucional en el Senado. En la primera semana de marzo del presente año el Ministerio de Agricultura envío al Senado indicaciones sustitutivas al antiguo proyecto de ley, no obstante, se identifican muchos puntos conflictivos de dichas indicaciones, las que a grandes rasgos se podrían resumir en palabras de María Isabel Manzur de la Fundación Sociedades Sustentables (FSS) en que otorgan grandes facilidades para la liberación del uso de transgénicos en Chile y permite su consumo interno, sin establecer suficientes resguardos para evitar sus impactos negativos y no conceden suficiente información a los agricultores y consumidores[3].

Entrevista a Iván Santander, biológo de Chile Sin Transgénicos



Hasta el momento Chile sólo autoriza los cultivos transgénicos para semillas de exportación con una cantidad de hectáreas ocupadas (cerca de 30.000 hectáreas distribuidas en distintas regiones) menor a países como Estados Unidos, Argentina y Brasil (líderes en la materia), sin embargo, se ubica en el sexto lugar de países exportadores de semillas. De aprobarse las indicaciones hechas por el Ministerio de Agricultura se aprobarían automáticamente el uso controlado de los cultivos transgénicos para investigación o multiplicación de semillas y también se liberaría el uso de cultivos transgénicos para uso nacional o exportación entre otras medidas que apuntan a la apertura a un mercado con serios impactos.

En este marco es necesario tener en cuenta las consecuencias que traería la aprobación de una ley como está o como la ley de obtentores que busca patentar las semillas transgénicas. Como hemos planteado los efectos de los transgénicos son multidimensionales, pero sobre todo queremos recalcar el carácter político que existe tras las decisiones y donde la ciudadanía debe jugar un papel de primera importancia al oponerse a leyes y actividades que los afectan directamente. Chile cuenta con zonas privilegiadas para la agricultura, no necesitamos de multinacionales que solo quieren lucrar con nosotros usando a políticos sin escrúpulos para lograr sus objetivos. Una sociedad informada, es una sociedad movilizada.
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[2] En zonas de Argentina donde se cultivan productos transgénicos ha aumentado un 300% las malformaciones congénitas y en un 400% los abortos espontáneos, debido a que para su cultivo requieren de fuertes plaguicidas que atentan seriamente a la salud humana.
[3] Comunicado de prensa: Gobierno de Piñera expande los transgénicos en Chile sin establecer suficientes resguardos. Disponibleen: http://redsocioambientalvalpo.blogspot.com/search/label/Transg%C3%A9nicos


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